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“No hay pescado en el río”: reportaje desde la Amazonia ecuatoriana
27 gennaio 2012

Llevamos más de un mes de itinerancia y completaremos los dos meses al final de ella (13-12-2011 a 15-01-2012). Estamos con tres compañeras del equipo itinerante: Panchita y Rai (laicas) y Arizete (religiosa). Esta itinerancia tiene un largo recorrido (unos 8 mil kilómetros de ríos y carreteras) por la amazonia brasileña, ecuatoriana y peruana. Es la primera vez que, como equipo itinerante, tenemos la posibilidad de visitar la amazonia ecuatoriana. Está siendo un viaje muy rico. Subimos desde Manaus por los ríos: primero el río Amazonas desde Manaus hasta Iquitos (Perú) y después el río Napo hasta la ciudad del Coca (en la amazonia de Ecuador). En Coca está la sede del vicariato de Aguarico. Esta es la región donde mataron a Mons. Labaka y a la Hna. Ines, debido a los conflictos de las petroleras con los indios Tagaeri (de poco contacto).

Hemos subido los ríos compartiendo estas fechas entrañables de navidad con algunas comunidades religiosas (OMI, Mercedarias, Capuchinos-as, etc.) que están muy aisladas e insertas en la región. Son admirables todos estos misioneros y misioneras. Y también compartiendo con las comunidades indígenas napurunas de habla quichua que habitan en la región del Napo. Un enorme regalo del Señor poder celebrar las Navidades por estos ríos y selvas compartiendo con sus pueblos y las comunidades misioneras que caminan con ellos.

El rio Napo fue el camino-rio que bajó desde Quito en el s. XVII nuestro compañero Samuel Fritz sj (nació en 1651, Bohemia, Alemania y murió en 1725, Lagunas, Perú). Samuel fundó 38 misiones entre los indígenas Omagua, Cambeba, Yurimagua y otros, a lo largo de unos 2.500 Km de río Amazonas, entre los afluentes Napo (Perú) y Negro (Brasil, donde está hoy Manaus). Y en una ocasión continuó bajando el Amazonas hasta Belén del Pará, situada en la desembocadura del Rio-Mar. En Belén denunció las incursiones de los portugueses en las misiones destruyéndolas y llevando como esclavos a los indios. Por esta denuncias Samuel quedó preso durante más de un año en Belén… Cuando fue liberado, volvió a subía todos los ríos hasta Quito… A remo y a vela; y guiado por sus hermanos indígenas.

Fritz hizo una de las primeras cartografías del Gran Río con una exactitud increíble. Estos compañeros eran totalmente “locos por el Reino”, “borrachos del Espíritu”. No se encogían frente a nada… Si hoy en día, con todos los medios de barcos, motores, gps y mapas es muy duro este viaje… ¡cómo sería en la época! Pidamos con humildad a estos primeros compañeros que intercedan por nosotros ante Nuestro Señor; y pidámosles que regalen “un tercio de su manto” para que no nos encojamos hoy frente a los desafíos de la misión en la Amazonia. Para que seamos más disponibles y abiertos a que el Espíritu nos embarace para más amar y servir a los pobres y excluidos, donde las heridas están más abiertas y la vida más amenazada en la Amazonia y en el mundo.

En la amazonia ecuatoriana pudimos constatar la compleja y alarmante situación de los fuertes impactos socio-ambiental de la cuenca alta del rio Napo. Al pasar la frontera de Perú con Ecuador (Cabo Pantoja es el puesto de control de frontera peruano) nos chocó mucho ver que las petroleras lo ocupan todo, están una detrás de otra a lo largo del todo el río Napo. Impacta la visión desde el río de los mecheros gigantes que queman el gas que sale con el petróleo día y noche. Son unas llamaradas enormes. Nos contaron que entorno a los mecheros hay muchos animales muertos: la luz de las llamas de noche atraen a muchos insectos y animales nocturnos que al aproximarse acaban quemándose. Impresionan también toda la infraestructura de los puertos a lo largo del rio y las enormes instalaciones de distinto tipo a lo largo de toda la ribera; las lanchas rápidas de gran potencia y continuos barcos subiendo y bajando, etc. Todo controlado y movido por el petróleo y las empresas petroleras…

Viendo toda esta realidad entendimos algo que nos venía extrañando e inquietando mucho a lo largo de toda la subida del río Napo: ¿por qué las comunidades indígenas del Napo no nos habían ofrecido pescado en ninguna comunidad, ni vimos pescar, ni las comunidades comiendo pescado? Siempre nos decían que no hay pescado, que está difícil, etc. También no encontramos mucha fauna acuática en las márgenes, playas y lagos a lo largo del Napo… Solo cuando pasamos la frontera y entramos en la amazonía ecuatoriana entendimos. Al ver los grandes proyectos comprendimos el problema: ¡No hay pescado en el rio Napo debido a los niveles de contaminación y destrucción del ecosistema. Una mujer indígena de 53 años, en Roca Fuerte nos comentó: “Cuando llegué a la región, hace unos 35 años (venia del río Putumayo), había mucho pescado. Nosotros agarrábamos en el puerto de casa… Pero recuerdo que un año el agua del río se espesó (de limos y sedimentos) y muchísimo pescado apareció muerto flotando y en las orillas… Después de eso el pescado fue disminuyendo cada vez más hasta casi desaparecer por completo…”. La deforestación, los derrames petroleros y de otros productos químicos, las lluvias ácidas debido al gas que día y noche queman los mecheros, etc. todos esos impactos producidos por los grandes proyectos petroleros han matado la vida del río…

En estos 14 años de itinerancia pan-amazónica (con un promedio de ocho meses al año viajando por los ríos y selvas), es la primera vez que vemos tal densidad de grandes proyectos en una pequeña extensión amazónica (la amazonia ecuatoriana representa el 1% de la cuenca amazónica). Pero por otro lado, aún cuando sea un pequeño pedazo de la amazonia, la amazonia ecuatoriana es vital para toda la cuenca por estar en las cabeceras, donde muchos de los ríos amazónicos nacen. Los impactos socio-ambientales que se producen en las cabeceras se transfieren para toda la cuenca media y baja amazónica…

La conclusión que sacamos es que si esta enorme densidad de mega-proyectos de “desarrollo económico” (Manta-Belén, IIRSA, PAC, etc.) se extienden con esta densidad por toda la amazonia - y todo indica que es lo que nos espera en los próximos años -, el futuro se presenta muy difícil para la vida de esta región y sus pueblos… Pero no solo para ellos, sino que quedará comprometido el propio futuro de la humanidad y del planeta… Esta situación que vive hoy la amazonia no es solo el problema de los pueblos amazónicos de la región; es nuestro problema, es el problema de toda la humanidad, está en juego su futuro, su existencia; está en juego la vida del planeta… Urgentemente tenemos que hacer una gran alianza, articularnos con otros (en colaboración con otros) para poder, por lo menos, plantar batalla y plantear otro paradigma de desarrollo y de vida, otras alternativas al actual modelo depredador que es suicida para todos, para la humanidad y para el planeta…

Toda esta situación nos reafirma en las opciones prioritarias que con la ayuda del Espíritu hemos discernido y escogido en el PAC de la CPAL. También, gracias a Dios a nivel mundial y de la Compañía Universal vamos teniendo cada vez más claro el tema del compromiso con la Justicia Socio-Ambiental. Gracias sean dadas a Dios y que el Espíritu nos anime a todos a poner ahora en práctica estas mociones y prioridades (PAC).

También en este contexto veo como muy importante toda la iniciativa de Río+20. Es una gran oportunidad para como jesuitas hacer una alianza con otras congregaciones y grupos para posicionarnos fuertemente en esta batalla a favor de la ecología y justicia socio-ambiental. ¡La batalla es gigante, la alianza debe ser mayor!

Fernando López SJ

© FCSF – Popoli